miércoles, 17 de abril de 2013

FIN DEL QUINTO SOL 16 DE FEBRERO DE 2079


ADVERTENCIA: este texto explicativo está dirigido a quienes afirman alegremente "no saben nada de calendario", por lo que se les invita a debatir el tema para aclarar cualquier duda. El medianamente entendido notará lo profesional del texto y la propuesta, y, además, que se basa en FUENTES. O sea, el autor no imaginó, no inventó, no ajustó a su conveniencia, no recibió la "sabia palabra de un abuelito" ni se le reveló un "mensaje de alguna deidad o antiguo Tlatoa´ni del México Antiguo", como acostumbran decir los de la Tradición (no todos) y los dizque estudiosos del pasado prehispánico.

Los futuros toltecas, herederos del movimiento en el cual militamos, tendrán que estar preparados para este acontecimiento. Estos datos son impresionantes, a la super-vanguardia en todo México y probablemente, en el mundo.
Veamos:

" Aqui va el razonamiento completo, tomado de "El Calendario de Anahuac":

"Las evidencias arqueológicas muestran que, durante siglos, la ceremonia del atado se realizó en los años 1 Conejo; sin embargo, los mexicas la trasladaron al año siguiente, 2 Caña. Según algunas inscripciones, el cambio ocurrió en 1454, aunque el Códice Telleriano afirma que se materializó u oficializó un atado más tarde:
“El año 1 Conejo en que ataban los años, en 1506 lo cambió Moctezuma a 1507.”

A fin de no cometer errores al leer los códices y crónicas, es necesario tener en cuenta que los cronistas mexicas aplicaron retroactivamente el cambio, describiendo los atados anteriores a 1454 como si hubieran ocurrido en años 2 Caña. Esto no lo hicieron con el afán de distorsionar la historia, sino para aclarar el sentido de los documentos a los lectores1.

¿A qué se debió el traslado de la ceremonia? Algunos investigadores especulan que, en la carencia de un mecanismo de ajuste astronómico, se habían acumulado decenas de días de desfase desde la época en que se inventó el calendario, y los mexicas decidieron suprimirlos de una vez. Sin embargo, esta hipótesis confronta los siguientes problemas:

1ro. Un hecho tan drástico como la supresion de decenas de tonales habría dejado huellas; sin embargo, ninguna fuente lo menciona.

2do. Tal salto habría desajustado todos los mecanismos del calendario, tanto simbólicos como astronómicos. Por ejemplo, habría anulado la relación entre el Fuego Nuevo y el ascenso de las Pléyades.

3ro. Este calendario tenía un elegante mecanismo de corrección de los cuartos de día y, probablemente, también de los 11 minutos anuales, de modo que no necesitaba (ni soportaba) una rectificación tan improvisada como la supresión masiva de tonales.

La mayor parte de los investigadores considera que la decisión de trasladar la ceremonia tuvo causas “mágicas”, pues la fecha 1 Conejo quedó mal aspectada después de una hambruna ocurrida en 1454. A mi juicio, esto quizás ejerció alguna influencia, pero la razón determinante fue un cambio en la forma de contar los ciclos.

La expresión “atado de años” se refiere al acumulado de 52 años, es decir, a ciclos transcurridos; por ello, la festividad se representaba mediante un haz de 52 cañas. En otras palabras: lo que se celebraba en los años 1 Conejo no era el comienzo del atado, sino su culminación. Al parecer, los mexicas prefirieron contar ciclos por transcurrir, por lo que trasladaron el evento para el año siguiente (el primero del atado), sin que ello afectara otras funciones del calendario.

Probablemente, en esta decisión también influyó el hecho de que, por entonces, el ascenso de las Pléyades en los años 2 Caña ocurría el día 4 Movimiento, simbólicamente asociado con el Fuego Nuevo.

Otro asunto a tener en cuenta es que, si bien la ceremonia se realizaba con el ascenso de las Pléyades en noviembre, el año en que terminaba el atado duraba cinco veintenas más, hasta fines de febrero del año siguiente. De modo que la correlación de los atados se puede establecer de dos maneras: en sentido astronómico y en sentido calendárico.

Aclarado lo anterior, podemos pasar a comparar los atados con las fechas gregorianas. Afortunadamente, varios códices y cronistas reportan la fecha en que comenzó el último de ellos; por ejemplo:

“La última solemnidad que hicieron (los mexicas) de este Fuego Nuevo (secular) fue en el año de 1507. El año de 1559 se acabó otra gavilla de años, que ellos llamaban Xiumolpilia. En este no hicieron solemnidad pública porque ya los españoles estaban en esta tierra.” (Sahagún, Historia General)

Si contamos bloques de 52 años a partir de 1507, entonces el atado en el que nos encontramos en la actualidad comenzó en febrero de 1975. Este periodo se extenderá hasta febrero del 2027, atándose astronómicamente en noviembre del 2026. En cuanto al día, ya mencionamos que, a fines de la época mexica, el ascenso de las Pléyades ocurría del 12 al 13 de noviembre pero, en la actualidad, se ha trasladado al 19 por causa de la precesión de los equinoccios.

Por sí sola, la correlación anterior no indica cuándo comenzaba la rueda de los atados, es decir, el ciclo de 20 atados o 1040 años en que se empataban los tonales de los 52 años vagos con los 52 años trópico. Para averiguarlo, tenemos que encontrar alguna referencia que vincule a los atados con números de orden. Al estudiar cómo se formaba esta rueda (lección 2.5), conocimos dos relieves en los que aparecen fechas anuales acompañadas de un guarismo que interpretamos como indicador del atado al que pertenecen.

El más antiguo de ellos tiene el guarismo 1 y el más reciente, 8. Ello coincide con el hecho de que, el primero es de origen xochicalca tardío, por lo que se ubica hacia el siglo 11 de la era cristiana, mientras que el segundo es mexica y corresponde al siglo 15. La comparación entre ambos monumentos nos da una idea aproximada de cuándo comenzó la presente rueda de atados.

Para afinar la correlación, tenemos que recurrir a algunas crónicas del área nawatl donde se consignó el número de orden de los atados en relación con los años cristianos; por ejemplo:

“Año II Caña de 1455: aquí tuvo lugar la octava atadura de nuestros años, los años de la edad chichimeca- mexica.” (Anales de Tecamachalco)

“Esta es la atadura número nueve, ocurrida en el año 2 Caña (de 1507), según el calendario de los viejos.” (Tezozomoc, Crónica Mexicayotl)

Por lo general, se considera que estos textos se refieren a la cantidad de atados que celebraron los mexicas durante su éxodo a través de Anawak. Sin embargo, las afirmaciones guardan relación con el relieve de Xochicalco. Puesto que los xochicalcas fueron un pueblo independiente y anterior a los mexicas, podemos concluir que los números de orden no eran exclusivos de estos últimos, sino que constituían una forma de contar atados común a todos los anahuacas.

En mi opinión, tanto los relieves como las citas de los cronistas se refieren a un consecutivo, es decir, a un mecanismo calendárico, y este sólo pudo haber sido el de las ruedas de atados.

Los datos anteriores tienen peso suficiente como para basar en ellos la correlación de esta rueda, que se plantea así: si el octavo ciclo se ató en 1455 y el noveno en 1507, entonces el primero se ató en el año 2 Caña de 1091, habiéndose celebrado astronómicamente a fines del 1090. El cronista Chimalpahim corrobora esta deducción al afirmar:

“(Los mexicas) celebraron su primer atado (de Fuego Nuevo) en el año de 1091, en Acahualtzingo, cerca de San Juan del Río.” (Relaciones de Chalco)

Restando 52 años al 1091 llegamos al 1039, primer año del primer atado de la presente rueda. Por lo tanto, el último atado de la rueda anterior se celebró en noviembre del 1038. A partir de ahí, podemos ordenar los 20 atados de esta rueda, así como determinar sus hemiciclos regulares e irregulares. El resultado lo vemos en las tablas de la página siguiente, donde se han contado períodos de tiempo por transcurrir con fechas gregorianas:

La correlación de las ruedas de atados trae a colación otra interrogante: ya sabemos que los soles se componen de cinco ruedas; ¿será posible determinar en cuál de ellas nos encontramos? Si, y de una manera muy sencilla. Según estudiamos en la lección 2.6, el Códice Chimalpopoca afirma que, en la época de los toltecas de Tula, “ya habían pasado cuatro eras del Quinto Sol”.

Si esta lectura es correcta, entonces nos encontramos en la quinta y última rueda de atados del presente Sol, de la que ya conocemos el momento inicial. A partir de ahí, podemos correlacionar las demás ruedas, tanto en años sidéreos o pleyadianos como en años civiles, que son un poco más cortos. Ambas correlaciones quedan recogidas en la siguiente tabla:

A su vez, la determinación de los límites del 5to. Sol nos permite ubicar a los demás soles, restándoles bloques de 5200 años. Sólo hay que recordar que sus puntos de inicio retroceden con saltos de 73 días por causa del corrimiento de la eclíptica. El resultado es el siguiente, en fechas gregorianas:

1ro. Sol de Agua, 20 de noviembre del 23923 a. C.
2do. Sol de Tierra, 1º de febrero del 18723 a. C.
3ro. Sol de Fuego, 15 de abril del 13523 a. C.
4to. Sol de Viento, 27 de junio del 8323 a. C.
5to. Sol de Movimiento, 8 de septiembre del 3123 a. C. al 20 de noviembre del 2078 d. C. (Fechas pleyadianas, ojo)

En conclusión: el presente año 2013 es el número 38 del penúltimo atado (1975 a 2027) de la quinta rueda (1039 a 2079) del Quinto Sol (3122 a. C. a 2079) del presente ciclo de precesión de los equinoccios (23 922 a. C. a 2079)."

(Maestro Frank Díaz Yaok)

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