Ese día ocurrió el más avanzado intento de parte de la Vileza de desgraciarme la vida. Pero fue hecho con tal cantidad de errores, tan visceral y tan desprolijo, que lo único que lograron fue el que me retuvieran 3 horitas en los separos de la Delegación, pero ni siquiera en una celda. Me los pasé viendo una película de Cantinflas y cenando con los dos agentes judiciales asignados al caso.
En uno o dos días después, vaticinaron mi suicidio en menos de un año (o sea, antes del 5 de julio de 2009). Otro fracaso que me hizo aún más invulnerable. ¿Cómo? Simplemente siendo honesto, y manteniendo impecablemente toda la ética y moralidad que solamente la limpieza del vínculo con el Espíritu puede otorgar.
No hay rencor, deseos de venganza o de revanchas pues la Paz interna que poseo no me permite esas debilidades. Los Viles hicieron su intento, y simplemente les falló estrepitosamente, haciendo un ridículo de niveles históricos. Eso bastó para regocijarme en la dignidad impoluta y el tránsito (sin problemas desde esa fecha) por el Camino del Nagual hasta la actualidad.
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