jueves, 7 de noviembre de 2013

QUETZALCOATL - KETSALKOATL- SU SIGNIFICADO (01)

Agradezco al Nagual Yaok  (Frank Díaz) este artículo y los subsiguientes.

Leyendo un post en la Red sobre los significados del sagrado nombre de Ketsalkoatl, me vino a la memoria un texto ya editado y publicado en un libro, que contiene el estudio más profundo dedicado a todos los significados y significantes del nombre. Veamos…



Ketsalkoatl representado en Teotiwakan (rara imagen hallada por Laurette Sejournée)

Ketsalkoatl es el nombre nawatl del Ser Supremo. Para comprender a profundidad las creencias toltecas, hay que averiguar qué entendía el morador del México antiguo cuando escuchaba ese nombre.
El término Ketsalkoatl se compone de dos elementos: Ketsal, pluma, y Koatl, serpiente; su combinación significa serpiente emplumada. Sin embargo, la raíz Ketsal también tiene el sentido de algo precioso, en particular las plumas verdes del quetzal y las piedras verde-azuladas como el jade o la turquesa. Aquí encontramos una alegoría, pues, según la leyenda, el nacimiento de los profetas de Anawak ocurrió cuando E’ekateotl, el espíritu divino, penetró en el seno de una virgen o una asceta bajo la forma de un jade o pluma. Así que el nombre de Ketsalkoatl contiene, en primer lugar, una leyenda o “misterio” teológico.

Ketsal también significa feminidad; era un nombre muy común entre las niñas mexicas. Esto le daba al título un matiz femenino, indicativo de que se trataba de una deidad andrógina o hermafrodita. Es por ello que los mexicas, al orar a Ketsalkoatl, le llamaban Teteoinan, teteoitta, madre y padre de los dioses.

La raíz Ketsal se relaciona con otras dos: Ketsil y Ketsa, que significan pisar, dar un paso, ponerse de pie, detenerse en el camino, dejar una huella. Aparecen en términos como Ketstiu’, criatura nacida de pie, Shimoketsa, ponte de pie, y Ketsilpaina, andar de prisa. La relación entre la Serpiente Emplumada y el símbolo del pie se debe a que, en Anawak, el paso y la huella eran metáforas del nacimiento y los ciclos.

Como verbo, Ketsa contiene dos sentidos contrarios: fecundarse los animales y abortar la criatura. Su explicación es la siguiente: puesto que Serpiente Emplumada era la suprema conciencia del Universo, se consideraba que tenía el poder de crear y destruir la vida. Ambos sentidos se recogen en la leyenda del nacimiento del héroe Se Akatl, quien fue abortado por su madre en una batalla que duró cuatro días. También lo vemos en una imagen de un códice mixteco, donde el infante divino es comparado con una caña que brota de la frente el dios ciego del inframundo, la cual se quiebra y precipita hacia la tierra como metáfora de la ruptura de la visión interior.

Al duplicarse, la raíz Ketsa forma el verbo Keketsa, dilatarse el tiempo, sucederse las edades, en el cual percibimos una referencia a los ciclos de manifestación. La obsesión de los mesoamericanos por el tiempo y sus recurrencias, materializada en el extraordinario calendario de Anawak, es un elemento imprescindible para entender aquellas creencias.

Otra acepción de la raíz aparece en el sustantivo Ketstli, caracol vocero, el instrumento con el cual se proclamaban los mensajes reales. Aquí percibimos tres contenidos: en primer lugar, los toltecas emplearon el corte transversal o longitudinal del caracol como emblema de su fe. En segundo, es una referencia a la creación del Universo a través de la voz, tal como afirma un texto maya:
Entonces brotó la primera palabra allí donde antes no había palabras, se desprendió de la piedra (de fundamento) y cayó en el tiempo. Y comenzó a proclamar su divinidad. (Chilam Balam, Libro de los antiguos dioses)

En tercer lugar, el caracol vocero aludía a las manifestaciones humanas de la Serpiente
Emplumada, uno de cuyos títulos era Tloa’toani, los de la palabra. Ese sentido se refuerza por otros significados de la raíz Kets, tales como anunciar y aconsejar. Además, al unir a dicha raíz la partícula Tla, que indica una acción sostenida, se forma el
verbo Tlaketsa, contar historias, lo cual nos recuerda una importante función de los sacerdotes mesoamericanos: la de sostener la identidad del grupo a través de la palabra.

Otro sentido de Tlaketsa era columna, sostén. La columna aludía a la Serpiente Emplumada como eje del Cosmos, es decir, como sostenedor de las leyes naturales, y también a la función de sus mensajeros como baluartes ideológicos de la comunidad. De esa acepción deriva el nombre maya de los mensajeros: Bacab, columnas, bastones. Los toltecas sintetizaron dicho sentido en un elemento arquitectónico característico de sus templos: las columnas en forma de serpientes emplumadas que flanqueaban la puerta del santuario, las cuales, en ocasiones, eran sustituidas por efigies humanas cuyos brazos alzados expresaban la idea de sostener el peso del mundo y el orden social.

En una clave chamánica, Tlaketsa era la columna vertebral, vehículo de la fuerza de vida que corre por nuestros nervios. De ahí que, con frecuencia, la Serpiente Emplumada fuera representada como un espinazo o una serpiente que sale del espinazo, o incluso como un ciempiés cuyos segmentos y patas semejaban vértebras.
Mencionaré, por último, que la raíz Kets y su variante Kech nombraban a la melena y la barba. En consecuencia, tales atributos físicos llegaron a ser distintivos de los profetas de Ketsalkoatl, como afirma la siguiente cita:

Este sabio predijo que habría de asumir el trono un señor, el cual ostentaría ciertas señales en el cuerpo, siendo la principal sus abundantes cabellos, con los cuales la Naturaleza formaría una tiara en torno a su cabeza. Asimismo, que habría de ser barbado y tendría el aspecto de un dios. (Alba Ixtlilxochitl, Primera Relación)
Debido a que los aborígenes de América tienen escasa vellosidad facial, algunos autores interpretan la presencia de barba en las imágenes de Ketsalkoatl como evidencia de que
se trataba de un extranjero. Sin embargo, si tenemos en cuenta que los chinos y otros
 pueblos asiáticos pertenecientes a la misma raza que los indoamericanos, también tuvieron la barba como emblema de sabiduría, comprendemos que se trata de un simbolismo universal. La melena y la barba representabanlos rayos del Sol y el estado de conciencia “solar” de los profetas. Una vez despejado el significado de la primera parte del nombre de Ketsalkoatl, vayamos a la segunda. El sentido directo de Koatl es serpiente. La serpiente es uno de los íconos más característicos del arte mexicano.

Por la sutileza de sus movimientos, representaba la sabiduría y daba nombre a los sabios. Su forma alargada recordaba a la columna vertebral y al eje del Cosmos, lo cual hacía que las raíces Koa y Ketsa armonizaran muy bien.
La segunda acepción de Koatl es doble, gemelo, conservada hasta hoy en el aztequismo
“cuate”. De ahí que una de las traducciones más comunes de Ketsalkoatl sea gemelo precioso. En este caso, el título alude a una creencia muy arraigada en Anawak: que todos los seres vivos poseemos un “doble” o contraparte del cuerpo físico, llamado Nawalli o nagual, proyectado.
Debido a que la Serpiente Emplumada encarna los poderes del nagual, uno de los títulos que le dieron fue Nawalpiltsintli, príncipe de las transformaciones. En las leyendas, el doble adopta la forma de un ocelote o perro, cuyo trabajo es transportar las almas de los difuntos a través del río del olvido.

Al igual que en otras culturas de la Tierra, en Mesoamérica la serpiente representaba al miembro sexual masculino y, por extensión, al acto de producir vida. De ahí que la raíz Koa diese origen a términos como Yekoatl, acto sexual, y Koatlaka, generación humana. Ese sentido quedaba enfatizado al combinarse con los atributos femeninos contenidos en la raíz Ketsal, lo cual expresaba gráficamente la capacidad de Ketsalkoatl de ser la madre y el padre del Universo.

De lo anterior deriva otra acepción de Koatl: ombligo. El ombligo es el órgano que alimenta la vida, relacionado con el feto o estado potencial de la manifestación. También es el punto del cuerpo donde se concentra la energía, por lo que tenía para los anawakas el significado de centro.
Todos estos contenidos se reflejan en una figurilla olmeca, que semeja un falo en forma
de feto, en cuyo interior hay una especie de matriz con otro feto diminuto y una serpienteombligo.
 La connotación umbilical o ventral se hace más clara en la escritura nawatl del término Koatl, que se podía hacer de dos maneras: pictográfica, empleando la caricatura de una serpiente, o fonética, uniendo los jeroglíficos Ko, vasija, vientre, y Atl, agua. A través de esta última, el título divino adquirió otros dos significados: recipiente de agua y agua del vientre. El primero daba nombre a la sacerdotisa suprema de la Toltequidad: Siwakoatl Tlakiach Amapane, señora serpiente dueña de los ocultos canales de agua; el segundo aludía al líquido amniótico de la embarazada.

¿Qué significan estas metáforas? La vasija de barro tipifica al cuerpo físico y el agua a la conciencia.
La combinación Ko-atl describía, pues, a la materia y el espíritu, es decir, a esa dualidad filosófica a la cual los filósofos toltecas llamaron Tonal y Nagual. En una interpretación relacionada con la anterior, Koatl era el atanor o recipiente donde se realizaba la “obra” de la transmutación alquímica.

Este juego de ideas aparece en el mito del nacimiento del profeta. El Popol Vuh, libro sagrado quiché, cuenta cómo, en cierta ocasión, una joven llamada Chimalma fue al río a buscar agua, pero un dardo divino perforó su vasija (la vasija intacta y llena de agua es la Luna llena y la madre del profeta, mientras que la vasija quebrada y vacía como una Luna menguante representa la fecundación y el parto).

Chimalma lloró, pero los dioses, apiadándose de ella, acudieron rápidamente y cerraron la abertura. He aquí un modo mesoamericano de representar el misterio de la inmaculada concepción. La serpiente entra en el mito fundacional de México, ya que un sinónimo de Koatl era Shiktli, nombre biológico del ombligo. El nombre de “México”, o mejor dicho, Me-shik-ko, con acento en la penúltima sílaba, se compone de Me, luna, maguey, Shik, ombligo, más el sufijo locativo Ko. Cuando las raíces Me y Shik se asocian, la primera adquiere el sentido secundario de vientre. Por lo tanto, México significa lugar del ombligo de la luna o del maguey, y en sentido figurado, el vientre o centro de la tierra.

Lo notable es que el jeroglífico con el que se escribía ese nombre no estaba formado por una luna o un maguey, sino por un águila devorando a una serpiente. El águila es un emblema solar, por eso se dibujaba en el acto de agredir, simbólico de la fecundación; la serpiente es lunar, por lo que se representaba sometida y enroscada sobre sí misma, formando un glifo que también significa “matriz”. La lectura directa de esta combinación es Kuau’koatl, águila-serpiente, un concepto que encierra la misma dualidad del ave y el reptil presente en el nombre de Ketsalkoatl.

Este análisis nos permite comprender por qué, en la imagen de un códice mexica, el dios Witsilopochtli, colibrí zurdo, fue representado como un apéndice o advocación de Ketsalkoatl. Vemos un colibrí que liba la flor de la sabiduría, la cual brota del collar de los ciclos, que a su vez sale del hueso-germen de la vida, que se proyecta desde la frente o visión interna del sacerdote de la Serpiente Emplumada. ¡La vida que nace de la muerte!

Witsilopochtli también revela su vínculo con Ketsalkoatl de otro modo, pues su primer término, Witsil, colibrí, es el equivalente mexica del águila o el quetzal teotihuacano, mientras que el segundo, Opochtli, daba nombre a lado izquierdo de la creación, y por lo tanto, al nagual. Como dios independiente, Opochtli era el patrón de los pescadores, recibiendo el apodo de Amimitl, ola. Esto se relaciona con Ketsalkoatl pues los términos Ketsal y Koatl están jeroglífica, etimológica y simbólicamente relacionados con el agua; y no olvidemos que el Ser Supremo se transformó en pez para anunciar a la virgen Chimalma el nacimiento de su hijo.

En la iconografía indoamericana aparecen otras aves, además del quetzal, el águila y el colibrí, en relación con una serpiente, un dragón o un pez, cuya conjunción compone en todos los casos el nombre del Ser Supremo.
Los mayas empleaban en tal sentido a la guacamaya y a la garza, mientras que los incas preferían al cóndor y el halcón. En el Popol Vuh, el ave mediadora es un cuervo que servía como mensajero entre el cielo y la tierra, al cual los señores del inframundo, en un desesperado intento por impedir el cambio de ciclo, le ordenaron que sacrificara a la embarazada. Pero, en lugar de matarla, el cuervo la salvó y desde entonces se dedicó a velar por el desarrollo del niño.

En algunos monumentos, el nombre de Ketsalkoatl se invierte; en lugar de dibujarse como una serpiente con plumas, adopta la forma de un ave con atributos de serpientes, tales como cascabeles, ojo de reptil o lengua bífida. Con frecuencia, el ave se posa sobre un árbol cuyas ramas se extienden a modo de cruz.

Aquí hay un juego de palabras, pues el nombre nawatl del árbol procede de la raíz Kau, alargado, de donde también se forma Koatl. Por otra parte, la cruz representaba la intersección de los cuatro rumbos, y uno de los nombres de este concepto era Nauyaktli, cuatro puntas o cuatro arremetidas, aplicado también a la serpiente de cascabel (y a la Nauyaca, temible serpiente de “cuatro narices”).
Como consecuencia de tal integración de símbolos, la cruz fue uno de los principales emblemas de los profetas mesoamericanos (circunstancia que desconcertó a los misioneros españoles, quienes la aprovecharon hábilmente en sus prédicas), adquiriendo los sentidos secundarios de sacrificio y redención, tal como afirma el siguiente testimonio:

Vieron que (los mayas) tenían cruces, y al preguntarles por su origen, contestaron algunos
que, al pasar por aquellos parajes cierto varón hermosísimo, les había dejado dicha reliquia como recuerdo. Otros (añadieron) que en ella había muerto un hombre más resplandeciente que el Sol. De cierto, nada se sabe.
(P. M. Anglería, Décadas del Nuevo Mundo)

Otro significado de la raíz Koa es pecar o tener un dolor; se refuerza al combinarse con
Ketsalli, que en tal caso adquiere la connotación de gracia, impecabilidad. Tal dualidad transforma el nombre de Ketsalkoatl en la descripción de un movimiento, en un retrato del sendero tolteca, que va de lo limitado a lo pleno y de lo pecaminoso a lo impecable, a través del merecimiento.
En Apocalipsis 12 aparece un mito semejante: una mujer de pie sobre la Luna, que pare al niño divino mientras es acechada por un dragón de siete cabezas, pero recibe alas de águila con las cuales vuela y escapa.
 Relacionada con la anterior, está la acepción paralítico, inmovilizado, que da a su acompañante Ketsal el sentido relativo de moverse con rapidez. En su combinación, ambos términos conforman una mística idea que fue descrita por dos grandes maestros con las siguientes palabras:
El signo del Padre que lleváis en vosotros es movimiento y quietud. (Jesús, Evangelio de Tomás, 50)
Un estallido controlado y una quietud controlada son la marca de un guerrero. (Carlos Castaneda, Viaje a Ixtlan, capítulo 10)

Por último, mencionaré que el plural de Koatl, Kokoa, significa comprar y vender, y daba nombre al dinero. La asociación entre el mediador divino y el dinero o medio de cambio es muy antigua; se remonta a la época en que el ganado era la moneda corriente. Aún se conserva su recuerdo en el título semita Mashiakh o Mesías, cordero, formado por una raíz que se relaciona con el nombre nawatl del venado, Masatl, y con el merecido, Masewalli. Por lo tanto, al pronunciar el nombre de Ketsalkoatl, las personas de habla nawatl inevitablemente percibían un matiz comercial o transferente, en el más respetuoso sentido del término.

Lo anterior explica diversas tradiciones mesoamericanas. Por ejemplo, el emblema de los sacerdotes era un Shikipilli o monedero, en el que no guardaban monedas, sino espinas de penitencia, collares para rezos, motas de algodón y trozos de incienso; uno de los principales símbolos de la Toltequidad (la cruz de los cuatro rumbos) era también el glifo del oro y de la cantidad 8000, que representaba la abundancia material; asimismo, Ketsalkoatl era el patrón de la casta de los Pochteka, comerciantes.

En la biografía de Se Akatl hay un episodio que recoge tal asociación de ideas. Según narra el cronista Diego Durán, pocos días antes de inmolarse en una hoguera, el príncipe de Tula regaló a los ancianos de Cholula ciertas cuentas de piedra verde, una de ellas …muy bien labrada con una cabeza natural de mono. (Historia de las Indias).
Tales gemas servían por entonces como moneda. Sus seguidores entendieron el mensaje: a través de esa “compra”, quedaron comprometidos a continuar la misión. Por eso guardaron el precio del rescate en un monedero de piel de ocelote y lo veneraron en el santuario de Cholula como la joya de máximo valor.


Hasta aquí, lo que cabe decir sobre la traducción razonada del nombre de Ketsalkoatl. Como vemos, no es posible dar en español una idea exacta de la amplitud de imágenes que ese título evocaba en los antiguos mexicanos, a menos que recurramos a diversas traducciones simultáneas, tales como: serpiente con plumas, doble precioso, ave de las edades, gema de los ciclos, ombligo o centro precioso, serpiente acuática fecundadora, el de las barbas de serpiente, el precioso aconsejador, divina dualidad, cuatro rumbos, femenino y masculino, pecado y perfección, movimiento y quietud, y Príncipe de los Naguales…

No hay comentarios: