Un día como hoy me aparté definitivamente de toda controversia con dos personas que me consideran un enemigo. Uno de ellos no pierde ocasión de agredir; el otro sigue dedicándome su vida como una ofrenda, como un sacrificio. Me ha puesto en el centro de todos sus desvelos, de todas sus preocupaciones, de todas sus iras, éxitos y desgracias.
Ha creado un Templo de Devoción dedicado a mí, y ha demostrado ser un penitente sumamente consagrado a este Masegual.
Por mi parte, sólo observo en silencio, retirado de esos inútiles conflictos desgastantes y avocado a la búsqueda del Nagual sin tregua, sin prisa y sin pausa, satisfecho de que en 24 meses ni una sola vez ha habido agresión de mi parte.
Julio Diana (24 de noviembre de 2003 - 16 de octubre de 2011)
No hay comentarios:
Publicar un comentario