lunes, 25 de abril de 2016

HAY GENTE QUE NO CAMBIA

Tiene unos cuantos días que una persona de una lista en inglés anti-Castaneda me envió un correo avisándome que Alfonso Orozco Aguilar ha vuelto a las andadas y está poniendo los comentarios de siempre, con ciertos retoques (o sea mentiras) recientes sobre acontecimientos de hace muchos años. La persona me pregunta si voy a entrar a contestarle, a lo cual me negué pues no hay nada prácticamente que defender.

Otro conocido, Urionatl, el mismo que subió los dos fabulosos videos en los cuales el "nahualli de pacotilla" se expone de una manera tan ridícula y burda que ha quedado en los anales de la historia como un verdadero charlatán fraudulento, me comenta que le da gusto mi control por no contestar a AO.

AO está feliz con su vertedero de babas mezclada con mierda (y una pizca de vómito bilioso) por lo que yo no voy a intervenir para quitarle sus momentos de auto-complacencia y felicidad. Porque AO es feliz nadando en su excrementicia personalidad y realmente sería hasta anti-ecológico sacarle de ahí. 

A fin de cuentas ¿para qué sacarle de ahí si esa postura me es (y ha sido por años) perfectamente conveniente? Los que saben acechar entenderán lo que afirmo.
De hecho, le insto a que siga tal cual, escribiendo (que es lo ÚNICO que ha podido hacer en mi contra en más de 13 años) pues es el lugar en el que se mantiene él solito bajo la mirada fría y despiadada de este masegual, humilde servidor de ustedes.

Y digo que no cambia porque sigue masturbándose mentalmente con sus dos más grandes creaciones: la secta del Templo de la Serpiente Emplumada y el egrégor llamado Julio Diana. 
Ambas creaciones fantasiosas son como un juego de rol en el cual -obvio- él es el héroe-víctima-verdugo que sale siempre triunfante. Se ha creado un mundo mental basado en una paranoia enfermiza y con delirios de grandeza.

Les recomiendo que lean www.kinam.org y www.ciclodelasrocas.com, dos verdaderas joyas dignas de estudio sobre pacientes que piden a gritos ser internados en un psiquiátrico. 

Hay que dejarlo. Atacarle o darle unas patadas en el culo para apartarlo de allí podría llegar a configurar un delito: el de discriminación a débiles o retrasados mentales.

No hay comentarios: